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Envidia disfrazada como Celo por Dios

Alberto, te comparto esta epístola que escribí a un miembro de mi iglesia para que la compartas en tu página:

Hola Mariana… ayer en la madrugada me levanté gritando por un sueño. En él veía a una pequeña que en un triciclo que estaba en a punto de irse para atrás en unas enormes escaleras en un parque, y yo viendo el peligro le gritaba para que se diera cuenta y no siguiera pedaleando hacia atrás. No se si ese sueño sea de Dios o no, pero desde antier tenía la inquietud de escribirte este correo que vendría a ser como ese grito desesperado que lance a esa pequeña niña por el peligro que veía y la preocupación que sentía por ella.

La plática de antier la disfrute mucho, tal vez sea por la cercanía que anhelamos tener con ustedes que creo que se logró con la plática abierta y honesta donde expusieron sus inquietudes más profundas del corazón –además de ser edificante por la retroalimentación que nos permite hacer correcciones para mejorar.

Es una lastima que esta cercanía se esté dando mientras consideran un cambio de iglesia. Hay cosas que hemos visto y guardado en oración para que obre en sus vidas diretamente o que nos marque el tiempo oportuno para compartirlo con ustedes en algún punto de nuestro caminar juntos… pero como hay el riesgo que esto no sea ya así, te lo comparto ahora con esta advertencia: la idea no es que te sientas acusada o condenada por lo que te voy a decir, pues lo que vemos en ti, son cosas que hemos visto en nuestras vidas y que Dios ha tenido que tratar… y por otro lado muy bien pudiera ser un error de apreciación de mi parte. No toda retroalimentación viene de Dios por eso siempre se debe pesar delante de Dios y su palabra, especialmente cuando se trata de asuntos tan subjetivos como los del corazón. Se que mi retroalimentación vendría a ser como si nada si el Señor no te habla a ti por medio de ella, así que dependo de él para que te hable y de tu habilidad para discernir y escuchar su voz. Si no lo que te digo no te “click” departe de Dios, no te preocupes, la amistad y el amor hacia ti no está condicionado por estos asuntos que, aunque son importantes, no son centrales.

Habiendo dicho todo esto, te comento, que antier después de la reunión con ustedes me quedé muy preocupado al ver que apuntaste con lujo de detalles las cosas que encontraste mal, incluso declaraciones de Rocio como “las mujeres se dedicaban a la casa” (cuando también hacían otras faenas), o “Se arrepintió la mujer Samaritana” (cuando no viene declarado en la escritura tal cual), o “utilizó material del discipulado” (en vez de sacar algo nuevo). etc.

Si bien, se que el tener un celo por la fidelidad a la palabra es importante, me temo que esto denota un problema del corazón más que un sano celo por la palabra. Me preocupa que inconscientemente la intención de tu corazón sea la de descalificar a al resto y su capacidad de compartir, como consecuencia de un corazón herido que busca satisfacer su necesidad de valía en su desempeño. Por lo mismo, el corazón entra en una dinámica de competencia o envidia por lo que otros hacen y uno no.

¿Cómo distinguir un sano celo por la palabra Vs un deseo de opacar y desacreditar a otros producto de la envidia? Abramos las escrituras para que obtengamos el entendimiento que necesitamos en este aspecto. El ejemplo por excelencia de una persona que por envidia buscaba desacreditar u opacar el ministerio de otra persona lo vemos en los fariseos. He aquí algunas de las características cuando uno se comporta como uno de ellos:

  1. Sientes envidia:
    Es ese sentimiento de inferioridad que busca compensarse comparándose con los demás y buscando sobresalir sobre ellos o opacar al resto.

    1. los principales sacerdotes habían arrestado a Jesús por envidia (Mr.15:10)
    2. El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia.(Hch.5:17)
  2. El corazón te autoengaña disfrazando la envidia con razones piadosas:
    Obviamente, cuando uno dice temer a Dios y servirle no va a reconocer que tiene envidia, su corazón lo puede engañar dándole motivos piadosos para sentir lo que siente, la envidia se disfraza de celo por Dios o por su palabra:

    1. Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. (Jn.9:16)
    2. Así que los judíos redoblaban sus esfuerzos para matarlo, pues no sólo quebrantaba el sábado sino que incluso llamaba a Dios su propio Padre, con lo que él mismo se hacía igual a Dios.(Jn.5:18)
    3. No entienden que les conviene más que muera un solo hombre por el pueblo, y no que perezca toda la nación.(Jn.11:50)
  3. Deseas eliminar la competencia
    Como tu estabilidad emocional (de valía) está siendo atentada por lo que otros están haciendo, buscar eliminarlos de una otra forma. Uno hoy en día difícilmente pensaría en matar a alguien, pero si buscamos buscar matar su influencia o ponerlo en una posición fuera de competencia como los patriarcas hicieron con José.

    1. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo, pues le temían, ya que toda la gente se maravillaba de sus enseñanzas. (Mr.11:18)
    2. Por envidia los patriarcas vendieron a José como esclavo, quien fue llevado a Egipto; pero Dios estaba con él (Hch.7:9)
  4. Te enfrascas en los errores
    Como estás en un estado de competencia, internamente buscas validarte enfocándote en sus errores.

    1. acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle.” (Lc.11:54)
  5. Te vuelves prestos para condenar, descalificar
    Este enfrascamiento en los errores es para condenar, descalificar ante los ojos de los demás.

    1. “Como buscaban un motivo para acusar a Jesús, le preguntaron…” (Mt.12:10)
    2. Algunos fariseos los vieron y protestaron: —Mira, tus discípulos violan la ley al cosechar granos en el día de descanso… Ustedes no habrían condenado a mis discípulos —quienes son inocentes— si conocieran el significado de la Escritura que dice: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios” (Mt.12:2,7)
  6. Desacreditas con crítica
    No importa que haga algo bien, siempre se buscará algo que criticar para desacreditar a la competencia.

    1. Pues Juan no dedicaba el tiempo a comer y beber, y ustedes dicen: “Está poseído por un demonio”. (Mt.11:18)
    2. Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.(Mt.9:34)
    3. El Hijo del Hombre, por su parte, festeja y bebe, y ustedes dicen: “¡Es un glotón y un borracho y es amigo de cobradores de impuestos y de otros pecadores!” (Mt.11:19)
  7. Cuestionas su capacidad
    Los fariseos por esta envidia y rivalidad que sentían descalificaba a cualquier que ocupara una de una posición o rol más privilegiado que ellos, como lo hicieron con el ciego o con Jesús

    1. Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron. (Jn.9:34) 
    2. —¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? —le reclamaron—. ¿Quién te dio el derecho de hacerlas? (Mr.11:.28)
  8. Buscas sobresalir con tus obras
    La raíz de la envidia de los fariseos es que buscaban suplir su necesidad de valoración por lo que hacían, o por la posición que ocupaban por eso anunciaban su obras y alardeaban de ellas

    1. Cuando le des a alguien que pasa necesidad, no hagas lo que hacen los hipócritas que tocan la trompeta en las sinagogas y en las calles para llamar la atención a sus actos de caridad. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa.
  9. No forman equipo con “su competencia”
    Los sacerdotes, escribas y fariseos, aunque en teoría eran representantes de Dios y buscan su voluntad, para ellos era inconcebible reconocer el ministerio de aquellos que amenazaban su estabilidad emocional: Juan o Jesús, o los apóstoles; mucho menos sumar y contribuir con ellos.

    1. Pues Juan el Bautista vino y les mostró a ustedes la manera correcta de vivir, pero ustedes no le creyeron, mientras que los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. Aun viendo lo que ocurría, ustedes se negaron a creerle… (Mt.21:32)
    2. Cuando algunos judíos vieron las multitudes tuvieron envidia; así que calumniaban a Pablo y debatían contra todo lo que él decía. (Hch.13:45)

Mi preocupación es que estoy viendo estas características en tí Mariana. y esa preocupación la vengo gestando desde hace tiempo:

El primer episodio que recuerdo fue el año pasado. Por varios comentarios que diste durante el periódo en el que te tocó preparar tu predicación, me dieron la impresión de que estabas tratando de hacer algo para el Señor para suplir tu sentido de valor, que no estabas contenta con solo ser su hija y esperar en su presencia… mi preocupación por lo que notaba en ti me hizo aún considerar el pedirte que no compartieras para ver tu reacción y así discernir más claramente si mis sospechas eran ciertas o no (si no te afectaba significaba que la motivación que había en ti era la correcta). Sin embargo me fui mejor por la estrategia de orar por ti para que Él hiciera su obra.

El otro episodio fue en una de las juntas pastorales cuando mostraste tu inconformidad de que todos predicaran por el temor a que lo estuvieran haciendo con la motivación incorrecta. En esa ocasión, por tu preocupación y la forma en el que lo presentaste me dió la impresión de que estabas proyectando un problema que realmente había en ti, y que la “inquietud” que sentías era una forma de “eliminar la competencia” como los fariseos lo hacían.

Mis antenitas se pararon en otro episodio cuando mi esposa y yo nos percatamos de que al regalar una Biblia a uno de los invitados a la reunión le aclaraste que esa Biblia no era de la iglesia sino de parte tuya y de tu esposo (pues ustedes las habían comprado con su dinero)… como si hubieras querido llevarte el crédito tal como los fariseos lo hacían –para satisfacer una necesidad emocional. ¿Qué hicimos cuando vimos eso? Trajimos el asunto delante de Dios porque hiciera su obra en ti.

El episodio del sus idas al hospital a evangelizar es otro foco de alerta. No se los detalles ni las razones, así que solo te digo cómo se ven las cosas desde “afuera”: ustedes sabían que Rocio y Esteban estaban ya haciendo una ida a los hospitales los fines de semana y que estaban tratando de animar al grupo para que se apuntaran y se les unieran… y en vez de apoyar y animar a Rocio y a Esteban en sus esfuerzos uniéndose a ellos y enriqueciendo la actividad con sus dones y talentos, decidieron armar algo aparte bajo su liderazgo. En otro contexto no me llamaría la atención tal acción pues es normal que surjan ministerios similares dentro de la misma comunidad (aunque Juan y Jesús aprobaban sus propios ministerios el uno nunca se unió al otro)… sin embargo en este contexto encaja más bien con el patrón de los fariseos: no me uno a ti porque no apruebo tu liderazgo o tu ministerio y porque yo lo puedo hacer mejor –por las mismas problemáticas del corazón que hemos estado hablando.

Si a todo lo anterior le añadimos las pláticas que hemos tenido en las últimas dos juntas en las cuales te presentaste buscando hasta el más mínimo detalle para descalificar a los que están en el rol de prédica: “no tienen la motivación correcta”, “se besó con una chica”, “toman mucho vino”, “predicó material del discipulado”… definitivamente veo la misma dinámica que la de los fariseos por sus problemas del corazón.

Como te digo, las asuntos del corazón son más difíciles de discernir que los acciones. Muy bien pudieran ser puras malas impresiones de mi parte, pudiera ser que simplemente “malinterpreté las acciones y las palabras”, y que efectivamente todo es producto de un celo santo por la palabra y por Dios. Pero al igual que los fariseos, el celo por la palabra muy bien pudiera ser la fachada para una motivación corrupta como la envidia.  Por eso, quiero que veamos ahora cómo reaccionaría alguien con un celo santo, pero sin problemas del corazón. Veamos como reaccionaron Jesús y los apóstoles:

  1. Ante los errores, no los descalifica, los restaura y los vuelve a enviar
    Jesús, ante la negación de Pedro, no lo descalifica del ministerio, sino que lo restaura y lo vuelve a comisionar como pastor de sus ovejas.

    1. —Te digo la verdad, Pedro: esta misma noche, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces. (Mt.26:34)
    2. Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. (Jn.21:15-17)
  2. Se alegra por la posibilidad de que otros se desarrollen y hagan cosas grandes para el Señor
    Jesús se alegraba con la perspectiva de que sus discípulos hicieran las mismas obras e incluso más grandes que él. Pablo por su parte se complacía con que la gente que aspira servir a Dios como anciano (pastor) en la iglesia. Ambos alentaban esto.

    1. »Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre. (Jn.14:12)
    2. «Si alguno aspira a ocupar el cargo de anciano en la iglesia, desea una posición honorable» (1Ti.3:1)
  3. Cuando los pesca en error no los saca del ministerio
    En este error Pedro y Bernabé, estaban a llevando a los gentiles conversos a judaizar, algo que Pablo reprende severamente en su carta a los Galatas (Ga.5:2-7,12). Nótese que ante tremendo error, Pablo los corrigió, aún enfrente de todos, pero no los quitó del ministerio o los mandó a la banca, sino que los siguió reconociendo como apóstoles y apoyando su ministerio (pues les mandaba ayuda económica).

    1. Cuando vi que ellos no seguían la verdad del mensaje del evangelio, le dije a Pedro delante de todos los demás: «Si tú, que eres judío de nacimiento, dejaste a un lado las leyes judías y vives como un gentil, ¿por qué ahora tratas de obligar a estos gentiles a seguir las tradiciones judías? (Ga.2:14)
  4. Cree en el potencial de la gente y lo desarrolla
    Jesús no escogió a los eruditos de la ley para mandarlos a predicar algo tan delicado como la Palabra de Dios. Dios escogió lo más débil y lo menospreciado de este mundo. De esta gente de vulgo, con poca preparación, Pablo y Bernabé nombraban ancianos en las iglesias.

    1. Pasando por la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red al lago, pues eran pescadores. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.» (Mr.1:16-17)
    2. Pablo y Bernabé también nombraron ancianos en cada iglesia. Con oración y ayuno, encomendaron a los ancianos al cuidado del Señor, en quien habían puesto su confianza.(Hch.14:23)
    3. Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó. En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. Dios escogió lo despreciado por el mundo —lo que se considera como nada— y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante. Como resultado, nadie puede jamás jactarse en presencia de Dios. (1Co.1:26-29)
  5. Aunque algunos lo hagan con motivos impuros, se alegra que se esté llevando la gran comisión
    Pablo tenía un celo tan fuerte por la palabra que escribió las famosas maldiciones de Galatas 1 hacia todos aquellos que predicaran un evangelio diferente.  Si hay alguien que pudiera tener celo por la palabra, era él. Y sin embargo fíjate la reacción de Pablo ante la noticia de que algunos estaban predicando la palabra con la motivación incorrecta:

    1. Pero eso no importa; sean falsas o genuinas sus intenciones, el mensaje acerca de Cristo se predica de todas maneras, de modo que me gozo. (Fil.1:18)

Piensa Mariana: ¿pondrías el domingo a predicar a alguien que negó a Jesús públicamente? ¿Dejarías que contuaran con su ministerio personas que con su testimonio estaban desviando otros del evangelio? ¿Porqué Jesús y Pablo lo permitieron? ¿Acaso no tenían el suficiente celo por Dios?… En tu caso, ¿como estás reaccionando? ¿como los escribas y fariseos o como Jesús y los apóstoles? Ante los errores y cosas que ves en Esteban, Rocío o Roberto, ¿estás buscando como descalificarlos para sacarlos de su aspiración de predicar (como lo harían los fariseos), o estas ayudándolos a corregir sus errores con la mira de restaurarlos y volverlos a comisionar como lo hicieron Jesús y los apóstoles? ¿Te alegras como lo hace Pablo porque más gente predica a Cristo aunque sea por motivos impuros?… Por las pláticas que hemos tenido, me has mostrado que no. Me hablas de un Roberto que no crees que no está calificado para predicar porque se besó con una chica, pero no me hablas de que se arrepintió y arregló la situación. ¿Jesús descalificó a Pedro para el ministerio por haberlo negado? ¿Pablo descalificó a Pedro y a Bernabé por desviar a la gente con su mal testimonio? ¡No! ¿Porque? ¡porque se arrepintieron!

Esto es lo que me preocupa Mariana, que en vez de alegrarte en que a los demás se le esté dando la oportunidad de desarrollar un llamado que sienten, estés deseosa de quieres quitarles esa oportunidad. En vez de buscar el “como sí”, estas buscando el “como no”. Estás buscando cualquier detalle para descalificarlos y mandarlos a la banca como lo harían los fariseos. No veo en esto el mismo espíritu que había en Pablo, o en Jesús. Creo que hay un problema de corazón como lo había en los fariseos. ¿Si puedes ver el contraste entre el grupo de Jesús y los apóstoles y el grupo de los escribas y fariseos? Ambos presumen de un celo por Dios… pero los últimos tenían un problema del corazón. Examínate a la luz de esto por favor, y si el Señor te confirma esto, arrepiéntete.

El celo por la palabra con el corazón incorrecto lo viste también en David Diamon. Hace tiempo que les mande información de su situación con la intención de juntarnos hablar del caso y aprender en cabeza agenda. El presumía de mucho celo y condenaba a cualquier ministro se levantara y que no encajara en su formato, y sacaba detalles, incluso triviales, para condenar a otros ministros hasta que al final Dios lo exhibió. David Diamon mostró las mismas características de los fariseos por el mismo problema del corazón. Y ese es mi preocupación para contigo. Mariana, las emociones hablan más fuerte que el Espíritu, y no quiero que tu corazón te engañe y seas guiada por algo que no es Dios sino esas “pasiones que luchan dentro de ti misma” (Stg.4:1)

Y si a ese problema, le añadimos que también vemos su distanciamiento de la iglesia, no pues la situación está en verdad en ESTADO CRÍTICO. Pues aunque vengan los domingos, ustedes saben que los domingos es para simpatizantes o nuevos, no para cristianos que desean ser pastoreados. Ustedes saben que damos más prioridad al congregarse entre semana que al fin de semana… y aunque ustedes tienen su congregación en casa, su proceso de discipulado y pastoreo no ha terminado.  Recibo reportes de que tu esposo te cuida a bebe para que tu puedas ir con tus amigas, y no veo que haya interés de su parte por aplicar la misma estrategia para que tan siquiera alguno de ustedes se congregue. No veo ese amor y hambre por estar con los hermanos, sino la búsqueda de cualquier excusa para no hacerlo. De hecho, veo la misma perturbación que ha orillado a otros cristianos a apartarse de sus congregaciones. No conocen todos los casos que se me vienen a la mente, pero si conocen el de Cándido (gracias a Dios lo libró de dicha perturbación y ya se congrega).  Te digo esto no a la forma de reclamo, sino a la forma de preocupación. Mi esposa puede testificar que, de todos los miembros de la congregación, por ti y por tu esposo son por las persona por las que más hemos orando… y lo seguiremos haciendo hasta que el Señor marque otra cosa.

Medita en oración y con la palabra esto que te escribo. Examina tu corazón para ver si hay en ti lo que percibimos en ti. Y después de este período de autoexaminación y meditación, veámonos pues queremos hablar de esto contigo en persona. Mientras tanto mi esposa y yo estaremos orando por ti.

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